¿Sabías que existe una terapia cuyo objetivo es acompañar a la persona para que desarrolle o potencie, desde su ser, las herramientas necesarias para favorecer su bienestar y traspasar las dificultades de la vida?
Se trata de la Terapia Gestalt, una terapia ampliamente desarrollada en España y que se engloba dentro de la Psicología Humanista. Voy a explicarte en qué consiste la terapia Gestalt y cómo puede ayudarte a sentirte mejor.
El origen de la Gestalt
Este enfoque psicoterapéutico se engloba dentro de las Terapias Humanistas y es del humanismo – pensamiento intelectual desarrollado en los siglos XIV y XV – del que toma la idea de poner en el centro las cualidades y valores propios de la naturaleza humana. Focalizándose en el ser humano, en la persona, dirige la atención al desarrollo de sus capacidades y potenciales para así poder abrir las puertas a una vida más plena.
La Terapia Gestalt se consolida a mediados del siglo XX en Estados Unidos de la mano de sus principales impulsores: Paul Goodman, Isadore From, Fritz Perls y Laura Perls, quienes trabajaron intensamente para extender sus aplicaciones en entornos más allá de la psicología clínica tal y como la entendemos en nuestra era.
Este enfoque bebe de numerosas fuentes que enriquecen enormemente su práctica terapeútica y que van, desde el propio Psicoanálisis hasta las prácticas orientales de meditación, pasando por disciplinas tan diversas como el teatro.
Gracias al trabajo realizado por aquellos maestros, hoy en día es posible encontrar formas de esta terapia en intervenciones de cualquier tipo: individual, pareja, grupos y también como apoyo sobre organizaciones y dinámicas de trabajo concretas.
Así pues, la Terapia Gestalt se ha extendido de una manera muy importante en diferentes sectores y ámbitos sociales y humanos.
En España lleva presente más de 40 años gracias a grandes profesionales que la implantaron y la han ido desarrollando, aportando un gran enriquecimiento que ha hecho crecer y afianzar la Gestalt. Entre otros muchos, cabe destacar a Claudio Naranjo y Paco Peñarrubia.
¿Cómo se trabaja en las sesiones de Terapia Gestalt?
La terapia Gestalt desarrolla una forma de trabajo en la que la relación que se establece entre terapeuta y paciente es la base para el proceso terapeútico. Es en el encuentro donde la persona expresa su forma de relacionarse, cómo se vincula, qué le impide alcanzar el bienestar y dónde se atasca para avanzar en determinados aspectos de su vida, cada cual los suyos.
Desde este contacto se trata de atender lo que está pasando en el momento presente a través de la atención plena. Con ella podemos darnos cuenta de cosas que se mantenían ocultas o que se rechazan y que, de esta manera, se hacen conscientes. Quizá sea esto lo esencial de la Terapia Gestalt, propiciar que las cosas que la persona no puede traer a la conciencia se iluminen de alguna manera ante sus ojos. Básicamente, la terapia Gestlat pone luz a lo que no se quiere o no se puede ver.
Para que todo esto se produzca es necesaria la presencia y la escucha del terapeuta, quien se configura como un guía-acompañante que pone en juego su propia experiencia y las técnicas propias de la Psicoterapia Gestalt.
Por lo tanto estamos hablando de un enfoque fundamental para explorar cómo es nuestra vida y entender por qué reaccionamos de cierta manera a situaciones que no nos dejan avanzar.
La terapia Gestalt también nos ayuda a analizar cómo miramos al mundo y a entender nuestro entorno para poder atender de una manera más saludable nuestras inquietudes más profundas.
La Gestalt pone el énfasis en lo que nos pasa cuando estamos en una situación, tratando de conectar con la experiencia real, es como si el contenido formara parte de un segundo plano, más que lo que subyace, que es el conflicto interno. Es indudable que desde este prisma se le da enorme importancia al mundo de las emociones pero no solamente, los gestaltistas entendemos la salud como algo holístico, donde los niveles mental, emocional y corporal-físico tienen la misma importancia, favoreciendo el equilibrio entre ellos y también su integración.
A partir de esta afirmación en la que nuestra forma subjetiva de entender la realidad más que el contenido toma relevancia, podemos desplegar tres principios teóricos: la experiencia en el aquí y el ahora, la toma de conciencia y la responsabilidad sobre nuestra respuesta. A continuación los explico con más detalle:
1- El aquí y el ahora:
Nuestra forma de vivir el presente inmediato tiene muchas veces el sesgo de la presencia mental. Estar mucho tiempo dando vueltas a las preocupaciones nos impide conectar con lo auténtico. En Gestalt aprendemos a reconocer lo verdadero de cada uno y esta autenticidad comienza por experimentar lo que de verdad te está pasando. Para llegar a ello, la terapia Gestalt te ayuda también a poner el foco en lo que sientes, en tus emociones y lo que experimentas a través de tu cuerpo físico. Este contacto con lo real es el camino para dirigir la acción hacia lo que necesitas, quieres y te viene bien en tu relación con el mundo y con tu persona.
Nuestra perspectiva y la manera de ver el presente, de entenderlo, nos ayudará a comprender la visión del futuro, nos dará información sobre dónde colocar nuestro objetivo y la manera de hacer una revisión del pasado.
Sin juicio sobre lo que nos pasó o vivimos con anterioridad esta terapia nos plantea el reto de entender cómo nos situamos en el “aquí y ahora” para enfocar de una manera más clara nuestro presente.
2- La toma de conciencia:
Este punto es de vital importancia puesto que tiene que ver con el autoconocimiento. Creemos conocernos y, sin embargo, bien por protección o bien por rechazo, hay partes de nosotros que se mantienen ocultas a nuestra conciencia.
Desarrollar y aumentar nuestra inteligencia emocional nos ayuda a entender cómo somos, cómo nos comportamos e incluso a cambiar cualquiera de los patrones que no responden a nuestros intereses reales. A su vez, ampliar la conciencia sobre lo que nuestro cuerpo físico nos dice es una herramienta valiosísima para entendernos, sanar nuestras heridas y guiar nuestro camino de sanación. De igual forma, limpiar nuestra mente de ruido, desenmascarando aquello con lo que nos identificamos, nos permite reconocer lo que realmente es útil y nos sirve para alcanzar nuestro bienestar.
Es posible que tomar conciencia sobre quién eres se convierta en uno de tus objetivos principales y quizás es el trabajo más difícil. Sin duda, el profesional y terapeuta Gestalt será uno de los mejores guías que podrá acompañarte para el desarrollo de esta tarea.
3- La responsabilidad:
Los terapeutas gestálticos entendemos y nos comprometemos a trabajar sobre las capacidades, la autonomía y el potencial de la persona con el fin de que pueda experimentar de una manera libre lo que le ocurre, que pueda entender esta terapia como una guía para su autoconocimiento.
Del mismo modo, el paciente toma la responsabilidad sobre las consecuencias de sus cambios y el actuar de manera diferente. Tomar conciencia sobre nuestra realidad y los propios estilos de conducta exige hacerse cargo de ellos y poder así aceptarse plenamente.
El terapeuta Gestalt es tu guía, tú haces el trabajo interno
El objetivo fundamental del terapeuta Gestalt es dotar de las herramientas necesarias al paciente, de otorgarle el poder de tomar decisiones, fomentar que coja las riendas de su vida y sienta que posee los instrumentos necesarios para afrontar las diferentes situaciones que le presente la vida.
Sentirse empoderado es sentirse capaz de enfrentarse a las diferentes situaciones o retos de la vida cotidiana, independientemente de que las circunstancias externas sean buenas o malas. La idea es apoyarse sobre los recursos propios y ser capaz de trabajar la resiliencia frente a las vicisitudes de la vida.
Si quieres conocer aún más sobre cómo puede ayudarte esta terapia a recorrer tu camino, sin duda, soy tu compañera de viaje, contáctame sin compromiso.