¿La vuelta de vacaciones te produce estrés?

por | Sep 1, 2022 | Estrés

Síndrome postvacacional: Recomendaciones para prevenir el  estrés y la ansiedad

Dicen que después de la tempestad viene la calma. En esta ocasión podemos entender esta maravillosa frase, pero al revés… “Después de la calma, llega la tempestad”, sobre todo en el mes de septiembre, tras las vacaciones o sencillamente tras el descanso sin horarios, sin rutinas, sin tareas o trabajo, sin obligaciones que durante el resto del año nos arrastran día a día.

Son semanas en las cuales puede parecer que el tiempo pasa cada vez más rápido y la ansiedad, los nervios, la irritabilidad, el mal humor, el estrés, son algunos de los síntomas que puedes sufrir durante esta etapa de vuelta a las obligaciones. 

No te alarmes, son normales y mucho más frecuentes en la población de lo que puedes imaginar. Pequeños y adultos, sin grandes diferencias, viven esta situación de una manera diferente y no menos importante. 

En estas semanas cercanas a la vuelta al trabajo, a los deberes, a la rutina, a nuestro día a día, solemos experimentar nostalgia, añoranza de los grandes y buenos momentos con amigos, con familia, en cualquier lugar lejos de nuestro hogar habitual, en la montaña o en la playa.

Quizás has elegido quedarte en casa, pero descansando, desconectando de lo mismo de siempre pero de manera diferente. Con calma, sin estrés, de vacaciones…

Sin importar tanto el destino, es muy probable que estés viviendo lo que los profesionales de la salud mental ya han bautizado como “síndrome post vacacional”. 

Un síndrome que parece que se despierta cuando debemos volver a nuestra rutina y es que, incluso ocurre que con el paso del tiempo y de los años, podemos sufrirlo con más frecuencia e intensidad.

¿Y por qué se llama “postvacacional”? Porque cuando nos toca volver a escuchar nuestro despertador, abrir la agenda, ceñirnos a un horario que rige nuestra jornada, volver a las preocupaciones que habíamos dejado aparcadas, la mente reaccionan de una manera concreta, activándose, muchas veces de forma desmedida y poniendo en marcha muchos de nuestros mecanismos de alerta que nos recuerdan que tenemos obligaciones. De un día para otro las tareas aparecen y se amontonan, no damos a basto para resolver todo lo que se nos pone delante. El cuerpo reacciona a esto con tensión, nerviosismo, ansiedad, enfado y, en definitiva, malestar. Dependiendo de nuestro carácter, de nuestros trabajos, de la cantidad de ocupaciones de las que me tenga que hacer cargo y de los compromisos con los otros: familia, grupos sociales, etc, todos, en mayor o en menor medida, sufrimos el llamado “síndrome post vacacional». 

Sin embargo, es importante comprender que la vuelta a la rutina es tan necesaria como el descanso. Vivir sin horarios durante un tiempo y olvidarse de las obligaciones diarias, es necesario y saludable y volver a la rutina puede tener también sus momentos de bienestar si aprendemos a manejarlo.

Algunas recomendaciones para sobrellevar la vuelta a la rutina sin estrés

Una vez que entendemos la definición y por qué razón vivimos este conjunto de sensaciones llamado “Síndrome postvacacional”, vamos a ofrecerte algunas recomendaciones que te ayuden a transitar este difícil momento.

El objetivo es recordarte lo que ya conoces, ya sabes que tendrás que vivir esta situación, como todos los años, y que será sólo cuestión de unos días:

1- La calma es una gran aliada pero ¿cómo se alcanza?

Sabes que debes volver pero, cuando vuelves, todo se amontona. Para, respira y tómate unos segundos para darte cuenta de cómo estas. ¿Cómo está tu cuerpo? ¿Qué dice tu mente? Hacerte consciente de lo que te está pasando y permitirte experimentarlo te ayudará a saber cómo buscar la manera menos estresante de hacer las cosas. Si lo que intentas es ignorarlo se hará más grande y no te permitirá hacer cambios en favor de tu bienestar. 

Sin correr y con pasos firmes, seguro que llegas con más seguridad hasta tu destino, así que ármate de paciencia y camina despacio en tus primeros días de vuelta. 

2- Descansa

Cuando has vivido varios días, semanas o meses sin escuchar el despertador, es normal tener la sensación de  dormirte por las esquinas, estar de peor humor los primeros días, incluso estar más cansado de lo normal habiendo dormido más horas que durante el verano. No desesperes, son tus ritmos circadianos. Esos ritmos que te permiten vivir en  equilibrio gracias a las horas de luz y oscuridad. Adaptar esos ritmos a tus nuevas necesidades llevará un tiempo.

Dale margen a tu cuerpo para acomodarse a los nuevos horarios y actividades dirigiéndote a los hábitos que ya sabes que mejor le sientan.  Suficientes horas de sueño y una cierta organización favorecen el acceso a las rutinas. 

3- Dosifica y prioriza las tareas

Puedes ir poco a poco, madrugando cada día un poquito más, unos minutos más…y así, de forma gradual, hasta que por fin completes tus horas de descanso habituales.

Organiza con atención las tareas que quedaron pendientes y las que forman parte de tu rutina y hazlo atendiendo poco a poco cada cosa. Plantéate hacer parte de una tarea – en especial si te resulta desagradable, pesada o farragosa – y retómala en otro momento haciendo descansos intermedios. Registra cómo están tu cuerpo y tu mente haciéndolo de esta manera y cómo te sientes. Así estarás reduciendo el nivel de exigencia que seguramente te impongas con frases como: “ lo tengo que acabar”, “ cuanto antes lo acabe mejor”, “me lo tengo que quitar de encima”, etc.

Tómate unos minutos para decidir qué es realmente urgente y qué puede esperar. Priorizar te permite afrontar las tareas ordenadamente, evitando así la ansiedad derivada de sentir que no llegamos a todo lo que nos gustaría hacer.

3- Conecta con el disfrute 

Despejarte y tomar pequeños momentos de descanso son recomendables en esta etapa de vuelta al cole, al trabajo, a tus obligaciones. ¿Quién ha dicho que tienes que dejar de disfrutar? A veces son pequeñas cosas las que quieres y otras, requieren más planificación pero tú sabes las cosas que te gustan y te hacen sentirte bien.  Búscalas. Quizá tenga que ver con incorporar una nueva rutina que quisiste hacer antes y no pudiste o quizá consiste en seguir haciendo algo de lo que disfrutabas durante el descanso.

Encuentra las cosas que viviste en tus vacaciones que te agradaron e incorpóralas a esta nueva situación. Dedicar un tiempo a ver las fotos que tomaste te ayudará. Ahora no tienes tanto tiempo pero puedes seguir en contacto con lo que te hizo sentirte bien y utilizarlo como recurso en este momento de transición.

4- Practica deporte y visita un bosque

La actividad física moderada es un gran aliado en estos momentos donde generamos una gran cantidad de estrés.

Quizás durante tus vacaciones has salido a pasear, a correr, quizás hayas podido practicar algún deporte. No lo dejes, la dopamina y la serotonina que genera el ejercicio te ayudará a compensar los niveles de ansiedad porque te aportarán una sensación placentera. Aparte de ser un buen aliado para tu relajación mental y también para mantenerte en forma, el ejercicio es un soporte para sobrellevar esta vuelta a las obligaciones.

Si buscaste la naturaleza para el disfrute de tus vacaciones continúa con ese contacto en tu propio entorno. No siempre es necesario un paisaje espectacular para sentir la presencia de la naturaleza y de paso darte un respiro.  Y si además ya has comenzado, puedes proponerte algún reto más a largo plazo: seguir durante todo el año disfrutando de cualquier actividad al aire libre que te permita conectar con espacios verdes, abiertos, con luz natural. Un nuevo regalo con todos los beneficios que ya conoces y que sabes que te aporta.

Volver a la rutina puede permitirte también apreciar lo bueno que tienes, resolver aquello que dejaste pendiente, plantearte objetivos o proyectos que sientas que te dan bienestar y que quieres y, por supuesto, valorar mucho más los tiempos de descanso.

¿De verdad crees que el síndrome post vacacional dura toda la vida? Después de este artículo, recuerda que todo lo que empieza tiene un final, y que de nuevo es el comienzo, un comienzo para volver a vivir contigo, a conectar de nuevo con tu vida, tus amigos, tu familia, tu cole, tu trabajo, tus actividades. 

Este momento, incluso puede ser un momento para desarrollar nuevos retos, propósitos, sueños, metas, sólo si sabes disfrutarla.

 ¡Suerte en esta nueva etapa y recuerda además que esto pasa!